A Johannes Brahms, via J.L. Borges

A Johannes Brahms

Yo que soy un intruso en los jardines
que has prodigado a la plural memoria
del porvenir, quise cantar la gloria
que hacia el azul erigen tus violines.
He desistido ahora, para honrarte
no basta esa miseria que la gente
suele apodar con vacuidad el arte.
Soy un cobarde. Soy un triste. Nada
podrá justificar esa osadía
de cantar la magnífica alegría
¬fuego y cristal¬ de tu alma enamorada.
Mi servidumbre es la palabra impura,
vástago de un concepto y de un sonido;
ni símbolo, ni espejo, ni gemido,
tuyo es el río que huye y que perdura.

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Brahms, Borges, estou no meu mundo.

Não se sabe muito quanto ao pensamento, às idiossincrasias de Brahms, não era pessoa de causas nem de muitas falas. Mas a música fala por si: mais que muitos que têm essa fama, Brahms era um espírito complexo, que gostava das profundezas da alma e dos extremos da vida, da humanidade e da natureza. Música outonal de céus cinzentos, talvez, mas radicalmente e apaixonadamente outonal. À maneira dele, um aventureiro romântico como os que partiam para explorar os caminhos virgens, tragicamente perdidos na passagem do noroeste, amando a vertigem da solidão congénita do Homem no mundo, melancolicamente meditativo à beira do abismo.


Radu Lupu

tuyo es el río que huye y que perdura...


Glenn Gould

la magnífica alegría - fuego y cristal - de tu alma enamorada...


Gilels / Jochum